Preguntas formuladas alrededor del concepto de ciudadanía.


Después de escuchar el podcast sobre ciudadanía de la BBC nos preguntamos lo siguiente:

¿Es necesario el concepto se nacionalidad?

Si bien este concepto es necesario para mantener un orden social, especialmente alrededor de la obtención de la ciudadanía, muchas veces está cargado de nacionalismos que excluyen, generando animosidad entre las personas de distintos lugares. Recordemos que la ciudadanía es algo que se construye, no algo que existe de la nada y por lo tanto el nacer en un lugar no debería ser el único requisito para ser ciudadano pleno, así mismo, el no haber nacido ahí no significa que se pueda construir ciudadanía a través de un proceso para insertarse en una determinada sociedad.

¿Sería necesario aplicar el examen de ciudadanía a las personas nacionales también?

No consideramos que haya un motivo para no hacerlo, por lo mencionado anteriormente. Si esos conocimientos generales sobre cultura son necesarios para ser ciudadano, entonces se debería asegurar que todos los que se consideren como tal son capaces de aprobarlo. Si no es eficaz para incluir a todos, lo mejor es plantear otro método de inclusión que todos los que se consideran miembros de dicha sociedad puedan cumplir y no solo aquellos que tienen una condición inicial que los aleja de esa ciudadanía a pesar de ya haberse instruido para pertenecer sin problemas a la colectividad.

Nos planteamos las siguientes preguntas respecto al podcast sobre ciudadanía, raza y mestizaje:

¿Quiénes son ciudadanos plenos? ¿Por qué los demás no lo son?

Para responder a esas preguntas, nos basaremos en la definición de Aristóteles que, aunque sea antigua sigue siendo vigente de forma general. Ciudadano va a ser aquel que sea capaz de vivir en colectividad, cultiva virtudes y accede a la vida política a través de distintos mecanismos. (cómo por ejemplo el voto, pero además el ciudadano tiene capacidad deliberativa y otros aspectos que se incluyen en la vida política).

En el caso de nuestro país, podemos ver que existen varios grupos que no cumplen con estas condiciones, y que aunque a la luz de la constitución grupos como las mujeres, los negros y los indígenas son ciudadanos sujetos a los mismos derechos que los demás, en la práctica vemos diversos atropellos. Particularmente, las comunidades del chocó, la costa y los distintos grupos indígenas. Por ejemplo, estos grupos tienen acceso nulo o deficiente a derechos básicos como salud, educación superior e incluso alimentación (por ejemplo, los Wayú). Históricamente ha sido así, actualmente lo sigue siendo aunque tal vez en menor medida. Es decir, se ha perpetuado a través del tiempo la exclusión de estas comunidades a la ciudadanía plena. 

También podemos darle un enfoque en la participación en cargos públicos para evidenciar esta situación. En la historia del país, ningún presidente electo ha sido mujer, hombre negro u hombre indio. Por el contrario, el arquetipo de político colombiano es un hombre blanco, oriundo de una familia tradicional de Bogotá o tal vez de Antioquia. Entonces, se puede afirmar que hasta que no exista una participación real en la vida política por parte de estos grupos mencionados, van a seguir sujetos a una ciudadanía a medias.

Finalmente, relacionando lo anterior con el artículo leído cabe preguntarse si la visión racial y pseudocientífica que se tenía sobre la “raza costeña” sigue vigente (particularmente la que encontramos en el discurso y las políticas públicas de los dirigentes de aquel tiempo).

En efecto, ya no es políticamente correcto que un servidor público hable de mejorar la raza costeña o la raza mestiza. Sin embargo, en la actualidad hay visiones estereotipadas sobre los costeños que sugieren que estos son una raza menos apta para la vida en colectividad, y por lo tanto no son tan ciudadanos como otros grupos sociales. Esto se evidencia en la idea de que los costeños son bullosos, conflictivos, groseros. Al pensar en su modus vivendi se asocian imágenes de falta de orden. Incluso se cree que los costeños practican zoofilia. Es decir, son individuos totalmente incivilizados. Por ello, las ideas de mejorar la raza de algún modo siguen vigentes y entrañadas en la cultura nacional, particularmente en los prejuicios regionalistas que por supuesto terminan siendo una forma de racismo y de exclusión ciudadana.


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